Consejos para ser una persona más empática

Hombre empático con su mujer
Primero hemos de comprender qué significa la empatía. La empatía es una capacidad y una habilidad presente en todas las personas, aunque en diferentes grados; nos permite entender los pensamientos y las emociones de los demás. Es la capacidad de ponerse en la piel de los demás para entender y compartir su estado de ánimo.

La actitud empática es algo que se desarrolla desde pequeños, y tiene una estrecha relación con la relación afectiva que tenemos con nuestros padres. Ellos son quienes cubren nuestras necesidades afectivas, y por tanto nos inculcan los valores de comprensión y afecto hacia los demás. Por lo que la comunicación familiar es un punto muy importante. Con el paso del tiempo vamos experimentando nuevas situaciones, el hecho de haber vivido situaciones parecidas nos permite comprender mejor a las personas, sin embargo, no es un factor decisivo para ser empático con todo el mundo.

La empatía no sólo tiene que ver con lo que los demás sienten y con nuestra capacidad de ponernos en su piel, en realidad también tiene que ver con las acciones que hacemos con respecto a aquellos que más nos necesitan. Así que ayudar a aquellos más rechazados por la sociedad, interceder ante una pelea, hacer una donación, ayudar a una persona mayor, socorrer a quien se haya dañado, etc. son todos ejemplos de cómo puedes mostrar tu empatía en tu día a día.

Nunca es tarde para trabajar en nuestra empatía. Para ello te dejamos una serie de consejos para desarrollar una actitud empática:

1. Sin prejuicios: Despréndete de todo prejuicio que pueda llegar a condicionar tu opinión y, en cambio, preocúpate por prestar atención a lo que te están contando. ¡Dale su espacio y no juzgues!

2. Respeto ante los sentimientos: Para fomentar nuestra empatía hemos de intentar asimilar los sentimientos de los demás ante las diferentes situaciones, no se trata simplemente de conocer la situación del otro, sino que también le demostremos que entendemos su situación. Para ello hemos de respetar sus sentimientos, y dejar a un lado nuestra opinión, evitando convertirnos en “los expertos en un tema” que da consejos sobre sentimientos que no asimila.

3. Reconoce: Otórgale valor al comentario realizado y esfuérzate por demostrar con sinceridad el aprecio e interés que te sucede con el tema. A veces no es fácil decir las cosas, y es ahí donde estas toman un nivel distinto. ¡Entiende y confía!

4. Abre nuevos puntos de vista: Las experiencias y sentimientos de una persona son únicas, sin embargo, aportar ejemplos siempre ayuda. Por un lado, demostramos a la otra persona que queremos entender su situación a través de una vivencia personal. Al mismo tiempo podemos aportarle nuestros puntos de vista, intentando que vea nuevos horizontes, aportando comentarios constructivos, sinceros he intentado no herir los sentimientos de la otra persona.

5. Intenta pensar y sentir como lo hace él o ella: Este paso es complicado puesto que requiere ponerte en sus zapatos. No pienses en lo que harías tú, lo que pensarías tú o lo que sentirías tú. Piensa en su sistema de valores, cómo ha sido educado/a, lo que considera que es importante, y a partir de ahí habla desde lo que creas que le puede venir bien escuchar, el consejo que le iría bien recibir.

6. Escucha detenidamente: Concéntrate en el pensamiento ajeno y busca comprenderlo. Haz que tus ideas conecten con el sentimiento y no te apresures en responder. ¡Tómate un tiempo antes de hablar!

No hay comentarios.: