Reanimación cardiopulmonar

Reanimación cardiopulmonar
La reanimación cardiopulmonar, o reanimación cardiorrespiratoria, abreviado RCP, es un conjunto de maniobras temporales y normalizadas intencionalmente destinadas a asegurar la oxigenación de los órganos vitales cuando la circulación de la sangre de una persona se detiene súbitamente, independientemente de la causa de la parada cardiorrespiratoria.

Los principales componentes de la reanimación cardiopulmonar básica son la activación del servicio médico de emergencias dentro o fuera del hospital y la asociación de MCE (masaje cardíaco externo o compresiones torácicas) con respiración artificial (ventilación artificial). Otros componentes relacionados incluyen la Maniobra de Heimlich y el uso de desfibriladores externos automáticos.

Las recomendaciones específicas sobre la RCP varían en función de la edad del paciente y la causa del paro cardíaco. Se ha demostrado que cuando la RCP es puesta en práctica por personas adiestradas en la técnica y se inicia al cabo de pocos minutos tras el paro cardíaco, estos procedimientos pueden ser eficaces en salvar vidas humanas. ​Aunque un estudio publicado en 2010 ha puesto en duda el alcance del procedimiento, de 95 000 pacientes solo el 8 % presentó resultados positivos.

Indicaciones
La reanimación cardiopulmonar debe practicarse sobre toda persona en parada cardiorrespiratoria, es decir:

  • No responde: la persona no se mueve espontáneamente, no reacciona ni al tacto ni a la voz
  • No respira: no se observa ningún movimiento respiratorio.
  • Ante la duda, inicie compresiones cardíacas.
Se recomienda que todo paciente en paro cardíaco reciba reanimación, a menos que:10​

  • La víctima tenga una instrucción válida de no ser reanimado;
  • La víctima presenta signos de muerte irreversible como el rigor mortis o livideces en sitios de declive;
  • No se pueda esperar un beneficio fisiológico, dado que las funciones vitales de la víctima se han deteriorado a pesar de un tratamiento máximo para condiciones como el choque séptico o cardiogénico progresivos;
En el caso de parada cardiorrespiratoria en adultos, el ritmo cardiaco que se suele encontrar más frecuentemente es la denominada «fibrilación ventricular». El tratamiento adecuado de la fibrilación ventricular es la desfibrilación precoz. Cada minuto que pasa disminuye en un 10 % las posibilidades de supervivencia. En el caso de un adulto con pérdida brusca de consciencia y cuando se está solo (reanimador aislado), la prioridad es alertar a los servicios de emergencia antes de comenzar la RCP para de esta manera realizar la desfibrilación lo antes posible. La RCP sirve solo para mejorar las posibilidades de supervivencia mientras se espera la ayuda especializada. Debido a su importancia en eventos súbitos en adultos, se está potenciando el uso de desfibriladores automáticos en sitios estratégicos, estadios, centros comerciales o aviones y permiten que una persona con un mínimo entrenamiento sea capaz de realizar maniobras de reanimación.

Tratamiento de la parada cardíaca
Abrir la boca del paciente y extraer la dentadura postiza ―en caso de que tenga una― y cualquier resto visible (...).
Inclinar la cabeza hacia atrás, elevar la mandíbula, y comenzar la respiración boca-boca mientras llega el equipo de primeros auxilios (conviene utilizar una mascarilla de bolsillo para evitar el contagio de una infección). Los pulmones deben insuflarse una vez cada cinco segundos cuando hay dos personas para realizar la reanimación, o dos veces muy seguidas cada 15 segundos cuando solo una persona efectúa la ventilación y el masaje cardíaco.
Si no se palpa el pulso carotídeo, realizar el masaje cardíaco (depresión del esternón 5 a 6 cm) a una frecuencia de 100-120 veces por minuto. Si hay un solo socorrista se realizarán treinta compresiones antes de volver a ventilar dos veces.

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