Malformaciones arteriovenosas
La malformación arteriovenosa o MAV es una patología vascular congénita. Se trata de arterias anormalmente dilatadas que desembocan directamente en venas también anómalas (arterializadas), sin la interposición normal de una red capilar entre ellas,1 sustituyéndose al capilar por un ovillo enmarañado de vasos sanguíneos irreconocibles; por lo que el paso de sangre desde la arteria a la vena se hace de una manera muy veloz, haciendo que la vena se dilate y corra el riesgo de romperse. Tienen el aspecto de una masa retorcida de tamaño anormal y un color grisáceo. Son lesiones muy poco comunes, ya que ocurren en menos del 1% de la población (3 de cada 10000 personas). Se presenta más comúnmente entre los 15 y 20 años, aunque también puede manifestarse posteriormente.
Síntomas y signos
- Dolores de cabeza, que pueden ser graves (localizados) o agudos (cefalea).
- Convulsiones, que pueden ser parciales o totales (pérdida de conciencia).
- Debilitamiento de la sensibilidad en alguna parte del cuerpo (en especial en las extremidades).
- Disminución de la visión, que puede volverse borrosa o doble.
- Vértigo.
- Desmayos.
- Dificultad al hablar.
- Desgaste del olfato.
- Parálisis facial.
- Zumbidos en los oídos.
- Caída de un párpado.
- Disminución del estado de entendimiento.
- Incapacidad de mover alguna parte del cuerpo.3
En general las malformaciones arteriovenosas suelen ser descubiertas por casualidad en tratamientos no relacionados. Aunque hay veces en que las personas que padecen esta enfermedad no presentan síntomas hasta que la malformación arteriovenosa se rompe, provocando sangrado; siendo este el primer síntoma.
Tratamiento
El principal objetivo del tratamiento es prevenir próximas complicaciones, intentando mantener bajo control aquellos síntomas más graves; como lo son las convulsiones y el sangrado.
Algunos tratamientos son:
- Embolización: es la inyección a través de un catéter, de una sustancia llamada Onyx, que pretende llenar la malformación arteriovenosa, para prevenir el riesgo de ruptura o aneurisma.
- Cirugía cerebral abierta: se elimina la malformación arteriovenosa por medio de una perforación en el cráneo, en donde se extirpa totalmente la malformación arteriovenosa.
- Radiocirugía estéreotáctica: se libera radiación en el lugar en que se ubica la malformación arteriovenosa, intentando destruirla total o parcialmente (irradiándola).6
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