Estrés



El estrés es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. Fisiológica o biológica es la respuesta de un organismo a un factor de estrés tales como una condición ambiental o un estímulo.​ El estrés es el modo de un cuerpo de reaccionar a un desafío. De acuerdo con el evento estresante, la manera del cuerpo a responder al estrés es mediante el sistema nervioso simpático de activación que da lugar a la respuesta de lucha o huida. Debido a que el cuerpo no puede mantener este estado durante largos períodos de tiempo, el sistema parasimpático tiene tendencia a hacer regresar al cuerpo a condiciones fisiológicas más normales (homeostasis). En los humanos, el estrés normalmente describe una condición negativa (distrés) o por el contrario una condición positiva (eustrés), que puede tener un efecto mental, físico e incluso de bienestar o malestar en un ser humano, o incluso en otra especie de animal.

Eustrés y distrés

Aunque casi siempre, principalmente en los humanos, la palabra estrés suele poseer una connotación negativa (lo opuesto quizás sería el nirvana budista o el principio de nirvana de S.Freud) la ciencia distingue dos tipos de estrés, tanto en animales como en humanos:
  • Eustrés o estrés positivo: es un proceso natural y habitual de adaptación, que consiste en una activación durante un período corto de tiempo con el objetivo de resolver una situación concreta que requiere más esfuerzo.​ En los animales no humanos el eustrés se evidencia en los estímulos que por reacción favorecen a la vida.
  • Distrés o estrés negativo: es aquel que en un animal (incluido el ser humano) supera el potencial de homeostasis o equilibrio del organismo causándole fatiga, mayores niveles de ansiedad, de irritabilidad y de ira. El estrés mantenido puede provocar la aparición de consecuencias físicas, debidas al aumento del gasto de energía, una mayor rapidez de actuación, menor descanso del necesario y el consiguiente agotamiento de las fuerzas.

Tratamientos
 
Alejarse lo máximo de la fuente potencial del estrés.
Hacer ejercicio de forma regular para liberar tensiones. 
Adoptar una postura más positiva ante los problemas y las situaciones complejas.
Aprender técnicas de relajación, realizar actividades como yoga o pilates.
Aprender a poner límites si el estrés se origina por el exceso de tareas originadas en el trabajo o en el ámbito familiar.
Mantener una dieta saludable y equilibrada, como la mediterránea.

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